¿Imaginas un mundo sin teléfonos? Hoy en día los teléfonos móviles se han convertido casi en una extensión del cuerpo humano, sin embargo esto ocurre porque los celulares no son simples teléfonos sino que ofrecen múltiples funciones. Pero el teléfono común fue, en su tiempo, un invento sorprendente y práctico, y, por supuesto, muy lucrativo. De hecho resultó ser tan lucrativo que hubo una fiera batalla por su patente. En 1854 Antonio Meucci construyó el primer teléfono para comunicar su oficina con el dormitorio de su casa ya que su esposa estaba inmobilizada. Meucci carecía de los recursos económicos que se necesitaban para presentar los trámites de la patente, por lo que nunca hizo oficial su invento. Recién en 1876 Alexander Graham Bell patentaría el teléfono y comenzaría un interminable pleito con Meucci, sabiendo que este no disponía del dinero suficiente para afrontar un juicio largo.
El matemático Agner K. Erlang trabajó durante más de veinte años en la Copenhagen Telephone Company, la cual era una subsidiaria de International Bell Telephone Company. Mientras trabajaba para esta empresa estudió el problema clásico de determinar cuántos circuitos son necesarios para proveer un servicio telefónico aceptable. Evaluando este problema Erlang comenzó a establecer el concepto de fila, la cual se generaba debido a un desequilibrio temporal entre la demanda del servicio y la capacidad del sistema para suministrarlo. Así nació la Teoría de Filas, una asombrosa teoría matemática de la cual podemos conocer más mirando el siguiente video.
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