La luz simboliza vida, prosperidad, felicidad. Lo podemos
ver en la religión cuando Jesucristo dice “Yo soy la luz del mundo, el que me
sigue no caminará a oscuras” (Juan 9: 5). También en el arte se observa cómo el
tratamiento de la luz está dotado de un importante significado, la luz aquí
expresa muchas veces el alma o la belleza interior. En la historia incluso
tenemos un “Siglo de las Luces” (s. XVIII) llamado así por el movimiento cultural
e intelectual de la Ilustración. Los pensadores de la Ilustración sostenían que
el conocimiento humano era la fuente del progreso de la civilización y tuvieron
gran impacto en la política, la economía y sobretodo en la ciencia. Hay un
fuerte vínculo entre la luz y el conocimiento, de hecho existe una metáfora muy
común: decimos que se le encendió la lamparita (de luz) a una persona que tiene
repentinamente una idea o acaba de descubrir algo.
Obviamente la luz ha sido también uno de los objetos de
estudio de la ciencia, y sus fascinantes secretos han revolucionado nuestra
concepción del mundo. Uno de los tantos descubrimientos relacionados a la luz se
lo debemos a Ole Romer que en 1676 calculó la velocidad de la luz. Aproximadamente
a 300.000 kilómetros por segundo viaja la luz en el vacío. En el siguiente
video se aprecia cómo Albert Einstein llega a una conclusión extraordinaria
meditando acerca de la velocidad de la luz.
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