El célebre califa Harún al-Rashid, que inspiró la famosa obra “Las Mil y Una Noches”, fue un personaje fundamental para dar inicio a la Edad de Oro del Islam, así como también su hijo y sucesor Al-Mamún. Desde el siglo VIII hasta el siglo XII el Imperio Islámico se caracterizó por ser el lugar de mayor desarrollo tanto en las artes como en las ciencias, y por supuesto en las matemáticas. Recordemos que uno de los centros de estudios más importantes de la historia fue la Casa de la Sabiduría ubicada en la ciudad de Bagdad, allí se llevaron a cabo traducciones al árabe de los textos de los antiguos griegos. De hecho gracias a las traducciones de los árabes han sobrevivido estos libros hasta la actualidad, ya que los manuscritos originales fueron destruidos. Los musulmanes no se dedicaron solamente a estudiar los avances de griegos e indios sino que realizaron sus propios aportes en distintas áreas del conocimiento que incluyen la medicina, la ingeniería, la arquitectura, la astronomía y la matemática.
Algunos de los más destacados matemáticos árabes son Al-Khwarizmi y Alhacén, el primero de ellos es considerado el padre del Álgebra, mientras que el segundo, además de establecer los principios de la Óptica Geométrica, fundó las bases mismas de la ciencia. En el siguiente video se describen algunos de los aportes de Al-Khwarizmi, enfatizando su importancia en la adopción de los números provenientes de la India.
No hay comentarios:
Publicar un comentario